Simplemente Ximena

Siento como seca la sesera, se me han acercado varias personas pidiéndome consejo para sus vidas amorales, cuando la última persona a la que podrían acudir es a mi.

Mi sobrina es un torbellino, tiene 4 años, toma clases de hawaiano y tahitiano, y se la pasa bailando moviendo las caderas con todas las canciones que escucha en el radio. Además que como convive demasiado con gente grande, tiene una conversación demasiado coherente para su edad, y hace comentarios que matan a uno de risa… o de pena.

Ayer se metió a mi recámara, y tomó el roll-on de brillitos que tengo ahí (de esos que te pones nomás para antrear, pa que te brillen los hombros con los tirantitos de spaghetti, sepsi….

Por la forma y no se que neurona descompuesta de su cabeza, lo utilizó como desodorante. Así que ayer que fui a comer a la casa, levantó los brazos y se los vi sospechosamente brillantes.

-¡Ximena, volviste a agarrar mis brillos!
- Si, se me ven muy lindos!
- Te he dicho que no me gusta que te pongas de mis cosas. A ver, cuando me has visto a mi ponerme brillitos en las axilas?
- Pues no, a ti no se te verían bien porque tienes pelos. Pero como yo no tengo, yo si puedo….

En este momento el “coraje” que tenía porque había agarrado mis cosas se desapareció dejando lugar a una carcajada.
Como se habrá dado cuenta que tenemos “pelos” en las axilas? No lo se, pero me morí de la risa…