-Es usted la hija de MMC?
-Si, soy yo.
-Permítame, quiere hablar con usted............
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Y con esto, comienza uno de los episodios más espantosos (de la colección de episodios espantosos TM).
Hace exactamente una semana, levantaron a mi papá.
Conduciendo en una de las calles principales de Querétaro, a plena luz del día.
Lo rodearon camionetas, le hicieron una llamada y lo obligaron a detenerse.
Según estas personas, habían salido denuncias de su teléfono, y tenían que investigar que estaba pasando.
Inmediatamente enlazaron una llamada conmigo, y con dos de mis hermanos (nota: ellos YA tenían nuestros números telefónicos).
-Tu papá está metido en una bronca muy grave, mija- me dijo una voz con un falso acento norteño- para soltarlo necesitamos medio millón de pesos.
Y con esta simple frase, puso de cabeza nuestro mundo.
No era la clásica llamada donde con gritos en el fondo te dicen "mamá me secuestraron". Pudimos hablar con él. Era una situación real.
Y con los nervios en punta y temblando como hoja nos pusimos a juntar dinero. Sacar de aquí. Pedir prestado de allá. Empeñar de por allá. Vender otro más acá......
Según los captores, con que juntáramos 250,000 era suficiente para liberarlo. Los juntamos.
Nos hicieron que fuéramos a depositar a Banamex. A esas cuentas piteras que abres en un Oxxo. Sin rastreabilidad ni un carajo.
Nunca depositamos más de 50,000 a una cuenta.
En el inter, nos habían amenazado a no denunciar, pues ellos lo sabrían -o al menos eso decían. Es difícil para mi esa encrucijada. Era aventarte un volado apostando la vida de quien más amas.
¿Y si denunciábamos y si eran los malos de verdad? ¿Y si solo eran extorsionadores de poca monta queriendo hacer el negocio de su vida? ....¿y si?
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad. Los malos llevaron a mi pá a un hotel. Y lo encerraron. Hicieron que se estuviera reportando cada 5 minutos, sin dormir. Sin comer. Sin sus medicamentos. Amenazando que si hacía algo diferente a lo que ellos le indicaran... "Pues ya tenemos los datos de sus hijos... Usted sabrá".
Cuando juntamos los 250, resultó que no estábamos hablando con el jefe-jefe, sino con el gato. Y el jefe-jefe quería los 500. Y para ese mismo día. Al día siguiente ya eran 1,000,000
Algo que era muy raro, es que toda la comunicación era a través del teléfono de mi papá. Nos hacían enviar fotos del dinero. De los depósitos. De los bouchers destruidos.... pero al whatsapp de mi pá.
Él nunca se separó de su equipo. Pero el no veía nada de lo que enviábamos.
Aún es complicado para mi contar esto. Mientras escribo me tiemblan las manos. Me duele la barriga de ansiedad. Aún tengo insomnio por las noches.
Juntamos los 500. Habíamos acordado no pasar de ese monto. Los malos no tienen llenadera. Si les das 1 peso te pedirán 50c más. Y es que es natural. ¿Cómo ponerle precio a la vida de tu pá?
Llegamos a los 500. Era el momento de la verdad. Y resultó que no. Que ocupaban otros 250.
Aquí hubo un punto de inflexión. Mi hermano y yo nos negábamos rotundamente a seguir dando dinero. Mis hermanas y mi mamá querían seguir vendiendo lo que no teníamos. Y aquí fue un momento espantoso. Toda la familia rodeando el teléfono hablando con los malos. Llorando y pidiendo misericordia para mi papá. "No tenemos más dinero señor...." decía mi mamita. Mis hermanas llorando con temor que lo lastimasen.......
Nos dieron una hora más para juntar lo que fuera. No quisimos más. Lo último eran $3000 pesos.... Y estos maleantes nos enviaron a poner saldo a teléfonos. Así como lo escribo: SALDO A SUS TELÉFONOS.......
Una última llamada para confirmar la cantidad entregada, y para decirnos que liberarían a mi papá. Que en 3 minutos recibiríamos una llamada suya....
3
5
10
20
30
40
..................
Y aquí el miedo volvió a apoderarse de todos. Si no cumplieron cuando dijeron que lo liberarían a los 250,000, ¿Que nos garantizaba que cumplirían su palabra esta vez?
Y así, repentinamente, la puerta se abrió y mi papá entró a la casa. Cara cansada. Ojos rojos......
En tropel nos lanzamos sobre el, a llorar y a gritar todo lo que no habíamos podido en esas 48 horas.
Él está bien. Está vivo.
Nosotros somos medio millón de pesos más pobres. Pero el dinero va y viene.
Y ahora siento todo el dolor. Todo el coraje. Toda la impotencia.
México, me dueles. Me duele saber que en éste momento alguien más está pasando por lo que nosotros pasamos. Me duele saber que por más que un gobierno diferente haga cosas diferentes (que no va a suceder, para que nos hacemos pendejos), ¿Que necesitaría hacer para eliminar toda esta basura de personas? Lo hacen por necesidad, dirán muchos. ¿Qué tipo de trabajo tendría que generar para poder darles un ingreso de medio millón de pesos cada 48 horas?
Que va a pasar con toda esta inmundicia?
La vida, a veces, apesta.
