20.3.15

De las diferentes y desconocidas dimensiones del dolor..... y el amor

Cecilia ha llegado al mundo gente...... y con ella, toda una dimensión nueva de emociones, amor, sentimientos, dolor, ansiedad que nunca pensé que existiera.
Cuando doy un vistazo por las entradas de este blog, aquellas de más azote emocional y las leo detenidamente, y recuerdo esos momentos mas "negros"de mi vida.... me doy cuenta que estaba pero a anios luz de siquiera imaginar lo que el corazón podía doler.
Pero quiero dejar constancia de estos días, que son los más maravillosos y los más negros a la vez.

Me parece que el comienzo de todo fue cuando en los últimos estudios que le hicieron a mi panza gigante se detectó que el líquido amniótico estaba muy bajo considerando el número de semanas de gestación, El ginecólogo se asustó un poco (su poker face es muy mala), y me mandó a un par de estudios más.
Derivado de estos estudios, pues nos toco descansar (reposo absoluto) por orden del médico, y a entrarle mucho al agua (3 litros al día), que si bien no reponian el líquido, si iban a ayudar que el poco que quedaba no se consumiera, además de que lo íbamos a estar monitoreando continuamente, por lo que las revisiones serían ahora semanales.
Después de un par de monitoreos, se decidió que lo más conveniente era desalojar a Cecilia (bromeamos que porque no pagaba el agua), con apenas 34 semanas y 6 días de gestación.
Y así, me programaron para una cesárea el viernes 13 (la vida es irónica, no?).
Entonces ya estaba decidido e ingresé en el hospital. El bloqueo duele un chorro, para los que pregonan que la cesárea "ni duele" (así que mejor no me imagino el dolor de las contracciones que, segun yo, me iba a aventar sin anestesia en un parto completamente natural y humanizado..... ay ajaaaaaa. Siento que hubiera chillado como marrano y de los gordos.

Esta es la parte linda. La de la anecdota divertida porque a pesar que solo me bloquearon (segun de la cintura para abajo), la realidad es que me quedé dormida (y segun dice Gerso, roncando en pleno quirófano..... fuerte y aumentado por aquello de la resonancia......) y pues a la mera hora, cuando salió Cecilia, no la vi!!!!. Recuerdo que la escuché llorar.... y de ahi me desperté en la sala de recuperación. Así que conoci a mi ángel junto con todas las visitas..... el viernes a las 19.00 horas. (Nació a las 15.00)...... sin comentarios por mi burrez. O la del anestesiólogo.

El sábado todo bien. Me la pasé abrazándola e intentando darle de comer (y completar con fórmula porque su vaca suiza de confianza apenas estaba aprendiendo los difíciles artes de la amamantada.
Por recomendación del doctor, esas primeras noches es bueno que cuiden a los bebes en el cunero, cosa de ayudar a la mamá que es alcancía de Toy Story a recuperar un poco las fuerzas para la -según- difícil y cansada nueva rutina.

Así que el sábado después de la toma de la noche (por ahi de las 10 de la noche), entregamos a Cecilia para que la cuidaran en el cunero.

Como a la 1 de la manana, su pediatra entró a nuestra habitación. Yo tenía rato que ya dormía y Gerso estaba picando sus ojos esperando que llegara el buen morfeo a abrazarlo. El doctor nos preguntó como habiamos visto a Cecilia en el día, pues se acababa de tener una crisis con la respiración y estaba en la incubadora.

Y con eso, empezó el episodio mas cabronamente doloroso que he vivido. Primero para encontrar el diagnóstico, esa madrugada fue un desfilar en mi habitación. Estudios de sus pulmones, el cardiólogo con un eco, hasta que por ahi de las 4, dijeron que lo que tenía era una sepsis neonatal temprana. Una infección en su sangre que tomó en mi útero (cortesía de su mamá), que la tiene hasta este momento (una semana después) en la UCIN (Unidad de terapia intensiva).

Y ahorita está ahi. Con un cpap que le ayuda a respirar, pero como su cabecita es tan chiquita, tienen que incrementar el díametro con una venda dando vueltas en su cabeza. Con su naricita ya lastimada de que se quita los tubos. Con una sonda en su boca que conecta con su intestino. Con un catéter que va de su bracito picoteado y chiquitito a su corazón para pasar el medicamento. Con otro tubo en el otro brazo para poder alimentarla directo a la vena, con un medidor de signos vitales en su piecito y muchos moretones de tantas veces que la han tenido que picar para hacer análisis o conectarle cosas, con varios conectores en su pechito para monitorear sus signos vitales......

La podemos ver 3 veces al día. No puedo cargarla, solo puedo tocarla y hablar con ella. Son las 3 horas más felices de mi día y también las más intensas, me drenan la energia de una manera impresionante.

 Este tiempo ha sido -con mucho- el tiempo mas confuso y doloroso. Nunca había tenido hijos, y no sabía que existiera esta dimensión de dolor, estas ganas de gritar y solo sentir como te arde la garganta porque el grito no sale y se queda ahí atorado con toda la impotencia, porque no puedes hacer absolutamente nada.

Hasta este momento, es la tercera vez que cambian el antibiótico porque no está dando resultados. El protocolo dice que hay que esperar 72 horas a que haya una mejoría y -de hecho- si la hay, pero poco antes de las 72 horas no es suficiente y es momento de cambiar, y se tiene que reiniciar la cuenta, y otra vez el inicio de las 72 horas. Y despues de esas 72 horas, si es que ya es el medicamento correcto, esperar de 7 a 10 días más........Hay que hacer un estudio para identificar el bicho y darle el antibiotico que lo mate, y este estudio no ha arrojado nada. Es -segun yo entiendo- a prueba y error.

Mil preguntas rondan mi cabeza: es el mejor neonatólogo que la puede ver? Cuando es tiempo de pedir una segunda opinión? Podemos buscar otro laboratorio para intentar identificar el bicho? ...... esto por la parte médica, Por otro lado: Como podemos hacer para manejar esta bola de emociones que suben y bajan y confunden y dan miedo? Como hacemos para que Cecilia no se sienta abandonada? Como hacemos para que cuando este bien y con nosotros (porque esto si lo creo, ella va a estar bien. No se como ni cuando, pero va a estar bien) no nos vayamos al otro extremo y seamos sobreprotectores (sindrome del nino vulnerable dicen que se llama).......

Mil preguntas y pocas respuestas. Dolor en el pecho que ahoga y que no se para. Miedo en el corazón. Ansiedad. Angustia. Ganas de llorar. Confusión. Estrés. Depresión. Ganas de meterme a un agujero y que me avisen cuando este huracán haya pasado. Contar los minutos para poder volver a verla, y tratar de estar tranquila para inyectarle ánimos y paz en lugar de todo este miedo que tengo.......

Mientras tanto, me saco leche para cuando ella esté conmigo. Trato de comer bien para poder estar bien para ella. Buscamos ayuda profesional para no volvernos locos con tantas preguntas y tanta cosa. Oramos y esperamos y confiamos,.......

Que más se puede hacer????

Hoy Gerso me mostró una frase que decía que la vida es un deporte de alto riesgo......

De cualquier forma no saldremos vivos de ella......

Espero pronto venir con más noticias, mientras tanto, todas las oraciones son bienvenidas.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Nonito, ya sabes que desde lejos pero estamos con ustedes, mandándole toda la buena vibra a nuestra Ana Cecilia para que se recupere pronto.
Bien dicen los padres que hasta que uno no tenga hijos no va uno a entender ese tipo de amor que es tan diferente a lo que uno ha experimentado en toda su vida. Por lo que puedo leer en tu blog, tienen toda la razón. :P
Quisiera poder estar con ustedes aunque sea para apoyo moral, darles un abrazo, echarles una manita con algo, pero estar tan lejos de ustedes me causa una impotencia tremenda. Lo único que puedo hacer es recordarles que los queremos mucho, y que estamos con ustedes, deseándoles que esta pesadilla termine pronto y en menos de lo que cante un gallo ya esten en casita con su bebita en brazos.

Les deseo mucha fuerza y ánimo para que el estrés no les cause muchos estragos. Cuídense mucho.

Roci

Descansa en paz, Gordo querido......

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