A 11 días antes de los 30, saqué mi lista de "cosas por hacer antes de los 30".
Empecé a tachar lo que ya había conseguido, aunque me faltaron muchísimas cosas, así que hice lo que toda mujer inteligente debe de hacer, taché 30 y puse 35, como no!!!!!!
Jajaja. De las cosas que pude hacer fue (y gracias a Ratuki, si no, no lo hubiera hecho).
Mi lista decía "volar un parapente"
Aplica igual para un ultraligero, un pendular.
En realidad yo no tenía la intención de subirme a un aparato de éstos, sin embargo me convenció Ratuki.
Llegamos al rededor de las 12 del día a San José Vista hermosa. El camino está perfectamente señalizado, y es relativamente sencillo llegar ahí.
Yo había hablado por teléfono con ellos días anteriores, y no es necesario ningun requisito previo, nada más llegar y treparte al aparatito.
Total que ahí voy, arriba del armastote, con solamente un cinturón de seguridad normal, audífonos de concha para proteger tus oídos, una chamarra y mucha mucha emoción.
El procedimiento es igual que un avión normal, el armatoste acelera para ganar altura, y la sensación no tiene igual, una mezcla de miedo (recordemos que practicamente no hay elementos de seguridad), emoción, ansiedad, felicidad, todo mezclado.
Y estando arriba, la vista es increible, la Laguna de Tequesquitengo, el aire en tu rostro y entre tus manos, la sensación de volar, de libertad, es algo que definitivamente tienen que ver.
Fue un gran punto para mi lista de antes de 30.... ejem, de 35!!!!
Empecé a tachar lo que ya había conseguido, aunque me faltaron muchísimas cosas, así que hice lo que toda mujer inteligente debe de hacer, taché 30 y puse 35, como no!!!!!!
Jajaja. De las cosas que pude hacer fue (y gracias a Ratuki, si no, no lo hubiera hecho).
Mi lista decía "volar un parapente"
Aplica igual para un ultraligero, un pendular.
En realidad yo no tenía la intención de subirme a un aparato de éstos, sin embargo me convenció Ratuki.
Llegamos al rededor de las 12 del día a San José Vista hermosa. El camino está perfectamente señalizado, y es relativamente sencillo llegar ahí.
Yo había hablado por teléfono con ellos días anteriores, y no es necesario ningun requisito previo, nada más llegar y treparte al aparatito.
Total que ahí voy, arriba del armastote, con solamente un cinturón de seguridad normal, audífonos de concha para proteger tus oídos, una chamarra y mucha mucha emoción.
El procedimiento es igual que un avión normal, el armatoste acelera para ganar altura, y la sensación no tiene igual, una mezcla de miedo (recordemos que practicamente no hay elementos de seguridad), emoción, ansiedad, felicidad, todo mezclado.
Y estando arriba, la vista es increible, la Laguna de Tequesquitengo, el aire en tu rostro y entre tus manos, la sensación de volar, de libertad, es algo que definitivamente tienen que ver.
Fue un gran punto para mi lista de antes de 30.... ejem, de 35!!!!
1 comentario:
Ooorale... A mi me gustaría emular esa experiencia.
Besos de chocolate
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